Los centros que inspeccionaron los funcionarios del KEELPNO -cuarteles abandonados e instalaciones industriales en desuso- donde son recluidos a la fuerza los refugiados y migrantes, situados en la región de Macedonia Central, carecen de las condiciones mínimas para su habitabilidad y suponen, según las conclusiones del organismo, un riesgo para la salud tanto de los migrantes y refugiados, como para la población de país.

El informe recoge que los centros carecer de ventilación adecuada, y que las personas que viven allí apenas cuentan con una manta o cortina para separar a unas familias de otras. Tampoco hay accesos a agua corriente ni un servicio de recogida de basuras o desechos, por lo que los desperdicios se acumular por los recintos. De uno de los centros, una fábrica de curtidos abandonada, el informe destaca la probable presencia de metales pesados tóxicos, así como asbestos en los techos, lo que representan un riesgo para la salud de sus moradores. Asimismo, dichas instalaciones están situadas en zonas con grandes poblaciones de mosquitos, otro factor de riesgo.

A pesar de que las autoridades griegas han hecho un esfuerzo para ir dotando las instalaciones con váteres químicos, las condiciones de vida de esos centros sigue siendo inadecuada para alojar a tantas personas. Incluso aunque se planteara su mejora, no sería suficiente, por lo que los expertos recomiendan su cierre definitivo.

Numerosas organizaciones no gubernamentales y colectivos que trabajan en estas instalaciones o las han visitiado, como Human Rights Watch, Médicos Sin Fronteras, o la española CEAR (Comité Español de Ayuda a los Refugiados) habían denunciado ya las pésimas condiciones de estas instalaciones.